domingo, 27 de septiembre de 2009

DURO: Narco Guerras 10 muertos por semana en el negocio de la droga.

Javier Miglino Coordinador general de
Yo digo no la a droga libre en Argentina.




Estimados amigos de Yo digo No a la Droga Libre en Argentina.

Paralelamente a la buena noticia de que hemos superado cada una de las metas propuestas, pasando desde los 6 miembros iniciales al número actual de más de 4600, en nuestra querida Argentina cercada por las drogas pasan cosas.


La maldita droga sigue matando inocentes y ahora se agregan los numerosísimos homicidios que tienen origen acreditado en el tráfico de estupefacientes.


Este correo no es de los más felices que he escrito para todos ustedes, pero ameritaba escribirlo por 3 motivos.


El primero de ellos es porque les adjunto una nota que el día de hoy publica el Diario Popular. Un periódico que tiene entre sus periodistas a uno de los mejores investigadores periodísticos de la órbita policial y criminal de la República Argentina: Maximiliano Montenegro.





El segundo es porque le envié un correo a Maximiliano contándole que su nota sería pegada en este blog y que el grupo YO DIGO NO A LA DROGA LIBRE EN ARGENTINA será dado a conocer en sociedad apenas sobrepase la barrera de los 5.000 miembros.





Y tercero porque Maximiliano, que aparte de excelente periodista y persona es un amigo, me ha dado el ok para contar algo acerca de quiénes somos y de que estamos haciendo en contra de la droga libre en Argentina.





Otra buena noticia para todos nosotros, que contra todas las vicisutes nos estamos convirtiendo día a día y mensaje a mensaje en la única organización que trabaja en pensamiento y en acción para evitar que la Argentina sea un santuario de producción, tráfico y consumo de drogas.





Esta vez no hay historia agradable para contar al final de este mensaje, pero sí hay una historia que es real y que es actual y que gracias a Maximiliano y otras personas con agallas, puede contarse, acerca de lo que está padeciendo el Conurbano bonaerense, la Ciudad de Buenos Aires y otros rincones del país por la violenta irrupción del narcotráfico internacional en nuestra geografía.





Les dejo un fuerte abrazo para todos y la nota de Maxi.


Javier Miglino.



http://www.popularonline.com.ar/nota.php?Nota=413224





GUERRA POR NEGOCIO DE LA DROGA DEJA 10 MUERTOS POR SEMANA.





En las villas se vive un infierno, con enfrentamientos a sangre y fuego.





Narco-guerras: 10 muertos por semana en el negocio de la droga.





Las organizaciones se alimentan con la sangre de nuestros pibes. Los está matando, pero parecen invisibles para la sociedad y sus instituciones, sostuvo Alicia Romero, de Madres contra el Paco.



Por MAXIMILIANO F. MONTENEGRO





El mercado interno de la droga es inmenso, mueve millones de pesos por jornada y requiere de un ejército de personas para que la importación, producción y venta se logre de forma efectiva. En ese esquema, aparecen grupos que intentan acrecentar su negocio, avanzando sobre territorios vecinos, derivando en sangrientas narco-guerras que dejan un saldo aproximado de 10 crímenes semanales, en general chicos y jóvenes que son reclutados por organizaciones criminales que los utilizan para proteger sus zonas o atacar a los enemigos. Los especialistas sostienen que en nuestro país las narco-guerras no se producen entre los capos de los carteles, ya que existe un pacto entre los más importantes para no invadir zonas. Así los grupos (o carteles) colombianos, mexicanos, bolivianos, peruanos y argentinos trabajan sin mayores problemas, ya que el 80% de la droga que se trae o produce en territorio nacional tiene destino extranjero (Europa y Estados Unidos).


El problema es el 20% restante, que se queda acá se vende a otros grupos menores, que están actuando a sangre y fuego por el negocio, sostuvo Roberto Locles, titular de la Asociación Criminalística de la Repblica Argentina.En las causas por homicidios, las carátulas de los expedientes jamás explicitan la relación del crimen con el negocio de la droga. Eso lo saben quienes caminan las calles, sufren los casos en carne propia o están en contacto con las familias de las víctimas. Alicia Romero, de Madres Contra el Paco, indicó: recorremos de forma permanente diez distritos del Conurbano, y hay un promedio de un muerto semanal por zona, es decir, contabilizamos 10 asesinatos semanales, en hechos siempre vinculados con el negocio que armaron estos mercaderes de la muerte.


Menudeo y explosión...el movimiento entre segundas y terceras lineas del negocio de la droga se movilizó porque la tenencia de pocas dosis ahora está despenalizada, a mi criterio abriendo el juego al menudeo, entonces los grupos que manejan el delivery local quieren aprovechar para copar otros mercados, dando inicio a estos enfrentamientos.Cada grupo mayorista tiene un subgrupo de dealers. Estos subgrupos tienen jefes, que en general se mueven en los asentamientos del conurbano, donde pueden hacerlo con tranquilidad. Las peleas y combates ocurren en estos ambientes, y poco trasciende de ellos, aunque las familias que habitan las villas saben perfectamente que la guerra no perdona a nadie.


El licenciado Locles sostuvo, en tanto, que la guerra entre narcos ocurre por el deseo de captar mayor cantidad de clientes, y explicó que al tiempo que aumentó el precio de las distintas sustancias, bajó el poder adquisitivo de los adictos o compradores, entonces lo que vemos es un cambio en el panorama de la distribución porque ningún grupo quiere ganar menos que antes, por lo que invaden zonas para recuperar dinero.


Sangre de los pibes. En las villas y barrios humildes la realidad se transforma en dolor para las familias de aquellos que son arrancados de la vida en violentas venganzas o ajuste de cuentas, como suele denominarse a estos crímenes, cuando en realidad tienen directa vinculación las narco-guerras. Estas organizaciones se alimentan con la sangre de nuestros pibes. Los están matando, pero parecen invisibles para la sociedad y sus instituciones, sostuvo Alicia Romero.


Para entender el crecimiento de la violencia, Locles explicço que aquellos que aspiran cocaína, generalmente ciudadanos de clase media, seguro sintieron el golpe de la crisis, y tuvieron que acomodar sus gastos, entre los que se cuenta la droga, agregando que si antes compraba seis dosis, ahora compra cuatro, entonces los vendedores juntan menos plata, y eso es justamente lo que deriva en la invasión de jurisdicciones vecinas.


Aquí no vemos sicarios contratados para matar, sino enfrentamientos entre chicos y adolescentes, que son contratados para cuidar las cocinas de drogas o los centros de distribución. Hay pibes que reciben pistolas automáticas o escopetas y los tienen parados en determinadas esquinas, cuidando que chicos de otros grupos no crucen el territorio.


Es dificil determinarlo, pero un amplio margen de homicidios son cometidos en estos hechos, dijo Locles.





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